sábado, 15 de noviembre de 2008

Animadversión

Soy la desdicha hecha carne
no me bastan gatos negros ni espejos rotos
los graves gestos de la muerte
permanecen ansiosos a mis espaldas
siempre están crudos mis huesos
la sed de los sabios querubines ocasiona sus caídas
endemoniados hacia mi encuentro
se corrompen las alas y se rasgan las pieles
se vuelven estúpidos de tanto beber
es la envidia de mi estado imperecedero.
¡Soy la desdicha hecha carne!
soy el ultimo cantar de las siete trompetas
el baile de la bestia y el resucitar de los muertos
la libertad de los ilusos en mis manos se quema
la despedida del hombre es mucho menos que mi adiós.

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