Paladar de vidrio con lengua de metal
dentro de la boca con cierre, clausurados
no va a poder gritar el pequeño poblado
que los vaya a buscar, algún indulgente
con sus alas blancas que abran el suelo
y corte los hilos de sus nuevas marionetas
conquiste el mar, el cielo, y la tierra
hasta ser víctima de sucios placeres
entonces, cuando se lleven las pasiones
uno por uno caerán desde sus nubes
arrepentidos del ruido que evocó
a un nuevo sueño que mato por deseo.
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