Hay gris, nubes, ruidos e invierno
mientras respiras en egoísmo que castiga,
sentado sobre metales o en cemento caminando
no lo quieres ver, pero sabes lo que te hostiga.
A veces despiertas del transe cotidiano
tienes miedo y en silencio, cierras los ojos,
como cuando un llanto calla resignado,
al vacio del insomnio, hijo de los antojos
que nos unen, a los vástagos sin sueños,
son cosas en común que quiebran los deseos.
Eres la triste historia de mi ventana,
te encuentro siempre en mis desvelos
cuando veo el frío paisaje de mis mañanas,
eres gris, nubes, ruido e invierno.
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